Diagrama: Impulso de vida, impulso de muerte!

La mente egotista es un remolino de pensamientos venidos de tantas partes que ni nosotros sabemos. Muchos son heredados, copiados, impuestos por la cultura, la religión, las experiencias… La mente es una parlanchina que no descansa y que, si no la controlamos, ella nos controlará a nosotros y, así, sin rumbo, ¿a dónde nos llevará?

La mente también es una muy potente y maravillosa herramienta y está a nuestra disposición. Para controlarla hay que despertar nuestra conciencia, contactar al espíritu que nos habita en lo profundo y ahí tomar las determinaciones, nuestro dictamen, y entonces instruir a la poderosa mente y pedirle: “¡Gran poder, ayúdame!”

Las instrucciones deben ser siempre en positivo y en el presente “¡Gran poder, ayúdame HOY!”. El Universo no reconoce el no.

En este diagrama, que es mi interpretación personal, represento al alma, al espíritu (esencia o el nombre que le quieras dar) arriba para simbolizar la superioridad. Pero, claro, está en nuestro interior. El alma o el espíritu siempre van unidos a la divinidad. Son una misma esencia. Somos uno con la presencia, el poder y la consciencia rotunda del Universo.

Las emociones negativas no son malas por sí mismas, son señales de como percibimos los eventos del exterior, entonces, es conveniente observarnos ante estas reacciones y entender su mensaje: El miedo puede prepararnos para huir o defendernos. El temor puede hacernos cautelosos o bien entender alguna inseguridad personal. La culpa puede llevarnos al arrepentimiento y a pedir perdón. La minusvalía y el desamor pueden hacernos ver hechos de nuestra historia que no hemos sabido superar. El odio llevarnos al perdón.

La vida no es bien o mal, nos desarrollamos entre estos polos que no son opuestos si no complementarios, son dos caras de una misma moneda.

Observarnos es con el propósito de buscar el equilibrio y transmutar el mal en bien y, con ello, nos convertirnos en “el alquimista”. Transformar lo negativo en positivo descifrando los mensajes ocultos de las emociones.

Represento a la persona como parte del Universo, con los pies puestos en la tierra, en la realidad, donde lo único que permanece es el cambio. Entonces, con las resoluciones nacidas del espíritu, dar las instrucciones a la mente para abrir el camino del impulso de vida y apartarnos del impulso de muerte, ejerciendo las virtudes ante todas las circunstancias, con ello crecer, evolucionar.

Esta es una interpretación muy personal, si algo filosófica o espiritualmente no está bien, deséchenlo o corrígelo, solo lleva la intención de poner de una forma gráfica lo que yo entiendo.

Propuesta:

¿Tiene para ti sentido? ¿en que forma?

Toma cualquier impulso de muerte que tengas, obsérvalo sin juicio, y analiza ¿cómo te afecta?, y ¿qué impulso de vida es necesario poner en práctica para equilibrarlo?