Pensar en positivo: los decretos positivos
- Rafael Govela

- 14 ene 2019
- 4 Min. de lectura

Hoy ya es reconocido por la ciencia y los médicos que la actitud positiva y el estar de buen humor generan una mejor condición de vida y de salud. Hasta las células del cuerpo están alegres.
Las emociones negativas sin atención ni observación y la mente negativa crean gran estrés y enfermedades. El estado general de salud está íntimamente ligado con el estado de nuestra mente y nuestra manera de ser.
Por ello es muy importante tener pensamientos y actitudes positivos, que hacen que nuestra vida sea productiva, bella y llena de emociones, para que vivamos en paz.
También es sabido que la mente positiva origina pensamientos positivos, los que a su vez conducen a palabras positivas y finalmente a los actos positivos.
Las palabras tienen una gran fuerza creadora, por lo que debemos de estar conscientes de lo que decimos y cómo lo decimos. Cambiando nuestras palabras, cambiamos nuestra vida.
Lo que decimos se materializa, lo que deseamos también. Por eso debemos tener cuidado con lo que deseamos. “Pide y se te dará”.
Tomando consciencia de esta realidad, ¡es muy importante decir sólo aquello que queremos que se materialice en nuestra vida!
Nuestras palabras son expresión de nuestras profundas convicciones, memorias y herencias que erigen nuestra realidad. También afectan a los demás.
Todos tenemos la experiencia de lo que causan en un hijo las palabras y los calificativos del padre, la madre o un maestro: “Eres un flojo, no lograrás nada en la vida.”
Igualmente, lo podemos enaltecer y elevar su autoconfianza con mensajes positivos y armónicos. Las palabras son decretos: resoluciones o decisiones que tomamos con autoridad, estemos conscientes de ello o no.
¿Cómo usamos el poder de las palabras en nuestra vida? ¿Cómo son nuestros decretos?
Las palabras son el código que usa nuestra mente para funcionar, para entenderse, para expresarse. Un lenguaje amplio expande nuestra conciencia y esta, a su vez, expande nuestro lenguaje. Un lenguaje amplio y rico nos permite entendernos y expresarnos.
Podemos elegir mejorar nuestra vida de manera fácil mediante decretos positivos. Eliminemos los virus de nuestra computadora cerebral y programémosla en positivo, para hacer nuestros sueños realidad.
Esto requiere voluntad, determinación, fe, amor y autoconfianza.
Las palabras son vibraciones, existen, tienen realidad.
Por lo general nuestras expresiones son vagas e imprecisas: “Me gustaría”, “quisiera”, “espero que…”, “si pudiera…”; o se refieren al futuro o en negativo: “Qué no se me olvide…”, “no quiero que me pase…”, “no soporto esta situación”, “no puedo”, “esto es muy difícil”, “no puedo entender esto”. También pueden ser dependientes: “Si me amaras, sería feliz”, “si tuviera la oportunidad…”
Muchas veces son anhelos, aspiraciones sin compromiso: “Quiero estar mejor”, “necesito…” (reconoces que no estás bien y anhelas estar mejor, pero mejor ¿cómo? o ¿qué no tienes?). “Quiero una economía más sana”. Quiero, luego no tengo, y ¿qué es una economía sana?
Todos estos decretos son, además de oscuros, limitativos y mantienen las cosas en el estado en que se encuentran. No mueven la energía.
Hay mensajes impersonales o de boicot: “Hice un gran esfuerzo, pero….”, “… y sin embargo…”, “…aunque…”
La mente subconsciente es literal: dices no puedo y ahí permanecerás. En lo que ponemos nuestra atención, en eso nos convertimos.
Nos dice Robert Tennyson Stevens:* “Cambiar los decretos para que sean:
- “Hablar sólo lo que decido.
- “En primera persona. Ser personal”.
- “Ser específicos y creativos”.
- “En positivo”.
- “En presente”.
- “Expresados con emoción y alegría, desde nuestro corazón.”
Podemos transformar nuestros miedos en confianza y coraje.
Al escoger y decidir encontrar, recordar, conocer, crecer, y también decidir hacerlo fácilmente en armonía, paz y seguridad, y transformar nuestros pensamientos en positivo, nuestras palabras, con su poder dinámico, modifican nuestra realidad, nuestra visión y nuestra actitud.
Yo elijo conscientemente estar en mi corazón ahora y permanentemente.
Somos co-creadores de las experiencias de nuestra realidad. Como dice Deepak Chopra, damos poder y fuerza a las ideas poniendo en ellas nuestra intención y atención, y, al expresarlas mediante las palabras desde el corazón –con emoción, confianza y fe– conciben la energía que sigue a nuestros pensamientos y a nuestras palabras.
Conscientes de que solo el ahora existe y de que solo en el ahora podemos actuar, tomamos la decisión de elegir lo mejor para nosotros y entonces podemos decir:
Yo soy alegría, fuerza y fe.
Yo puedo…. Yo soy….
Yo soy inteligente y capaz.
Yo elijo y decido hacer esta tarea (señalar la tarea con puntualidad) con facilidad y armonía.
Yo decido encontrar las herramientas para hacer… (¿qué tarea?: ser lo más específico posible).
Yo hago las cosas bien, trabajo bien.
Elijo y decido ayudar a (poner el nombre) para lograr (¿qué?: ser específico) y ayudar… (¿cómo?, ¿en qué?, ¿ cuándo?).
Elijo y decido poner mi atención para apreciar todas las cosas buenas y bellas de mi vida. (enumerar cuáles son y por qué son buenas, y en qué benefician a mi vida).
Uso el pronombre posesivo mío, en primera persona del singular: mi esposa, mi hijo, mi trabajo, mi salud, mis amigos.
Yo hoy decido y elijo cambiar mi lenguaje (¿cómo?, ¿qué voy a cambiar?) para mejorar mi vida (¿en qué sentido?, ¿en qué circunstancias de mi vida?, ¿para lograr qué específicamente?)
Yo hoy tomo la responsabilidad de… y así, sucesivamente, hacerlo con imaginación y creatividad buscando lo mejor de nosotros para el bien de nosotros mismos y de todos los que nos rodean. Seremos felices, sin duda.
Lectura:
*Conscious Language. The Logos of Now. The discovery, Code, and Upgrade to Our New Conscious Human Operating System. Robert Tennyson Stevens.
Sincro Destino. Deepak Chopra. (alamah).
Invitación:
¿Qué dices, te animas? Decide hacer un ejercicio hoy. Decide empezar a cambiar hoy.
Has varias freses, decrétalas con energía!



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